sábado, 12 de setembro de 2009

Angelus Novus



Ontem uns poucos amigos nos encontramos para beber umas à viagem do Ramiro. Bebemos, comemos, rimos e choramos. O filósofo Guillermo David, a quem Ramiro chamava de "assessor espiritual" (eu era o "assessor de assuntos aleatórios"), acabou de me mandar essa foto, que é uma bela síntese para começar a soltar as amarras e deixar o Ramiro navegar. Disse Guillermo:
Walter Benjamin imaginou o anjo da história fugindo de costas pra gente, olhando pra nós e olhando com espanto as catástrofes que ao seu passo deixa.
Nessa última imagem, Ramiro, de costas pra nós, de face ao mar, ao céu, ao vento, não precisa nos olhar, está em paz com todos nós. Como ele gostava de dizer: sem culpas. Não há risco, não há catástrofes, mas alegria, músicas, uma amizade tão funda que cria laços religiosos entre nós que fomos tocados pelo seu dom.


Segue a íntegra da matéria que escrevi ontem nem sei como para o jornal Crítica. A manchete foi coisa deles.

Rondaban los fantasmas de Malvinas en Bahía Blanca. Ramiro Musotto estaba echado en la plaza con sus amigos, mirando las estrellas. Dijo que quería ir a Brasil a estudiar el berimbau de su admirado Naná Vasconcelos. Pero fue mucho más allá. Como dijo Zeca Baleiro, de la Bahía Blanca a la Bahía Negra.
Empezó a investigar la batería electrónica cuando nadie lo había hecho todavía en Brasil y fue uno de los diseñadores de esa percusión baiana que explotó en las voces y los sudores de Daniela Mercury y Margareth Menezes. Laburando en estudios, en Salvador primero y en Rio después, grabó con y para todo el mundo, unos 200 discos, de Caetano Veloso a Marisa Monte, de Sérgio Mendes a Titãs.
Cuando Diego Frenkel, por ejemplo, fue a Rio a grabar percusiones para La Portuaria esperaba llegar al estudio y encontrarse con una docena de negros recién bajados del morro. Se encontró a Ramiro. Él solo era la batucada.
Cuando Celso Fonseca le propuso a Mart’nália llamarlo para tocar en Pé do meu samba, la hija de Martinho da Vila, acostumbrada a salir en el ala de percusión de la escola de samba Vila Isabel, torció la nariz. “Ó, Celsinho! Um argentino na percussão?”
Después que lo escuchó no lo podía creer.
Nos conocimos en el bar Picote -que yo llamaba “mi oficina”-, en Río de Janeiro. Me miró desconfiado. Le hacía ruido que otro argento que vivía en Rio le ofreciera la posibilidad de que Sudaka, su primer cd solista que ya daba vueltas por Brasil y Estados Unidos, fuese editado en la Argentina que se le venía negando. Y al estilo argentino me dijo “¿cuánto me vas a cobrar?”. Nos convertimos en hermanos instantáneos.
Fue el empujón para regresar a Salvador y dedicarse de lleno a su propia música. Ramiro encontró completamente enchufado entre bits y cueros el cable invisible e inasible que une los sonidos ancestrales de Africa y América Latina. Tornó modernos a los indios xavantes y tradicional al octapad. Aunque el berimbau, con la piedra en la mano y la calabaza en el vientre, siguió siendo su instrumento madre. En 2005 formó en Francia la primera orquesta de berimbaus, arrancando sonidos alucinantes con los instrumentos en diferentes afinaciones. Así andaba, llevando sus cañas y su Mac de Grenoble al carnaval de Salvador y de la ceremonia de los Juegos Panamericanos a la Buenos Aires que había dejado de ser misteriosa y ya tenía una corte de fanas que bailaban atrás de su trío eléctrico.
Lo que no se ve en los discos: vivió con la filosofía Vinicius del arte del encuentro, siempre juntando gente de origen variopinto. Y él, que como buen percusionista siempre andaba con exceso de equipaje, esta vez viajó muy leve. Y muy temprano.

Texto publicado hoje no jornal Crítica

12 comentários:

marce disse...

Abrazos Juan.

Diego Oscar Ramos disse...

Juan, hermoso el texto que escribiste sobre Ramiro, se puede sentir el afecto enorme que se tenían. Me quedo hoy con ese Musotto, que sabía unir universos en los discos y por donde iba. Tuve el privilegio de haber hecho muchas entrevistas con el y siempre senti un gran respeto de su parte para con mi trabajo, segiramente porque logramos que hubiera musica en esas charlas cuyo eco acabó siendo notas periodísticas. Recuerdo su respeto, su ímpetu al hablar de lo que fuese, su alma amiguera y propensa a las sobremesas, pude compartir con grandes amigos suyos como Guillermo David algunas pizzas palermitanas y hacer algunos talleres de percusión donde mi mayor goce era estar vibrando en un colectivo sonoro comandado por el, hasta ahora me acuerdo de un momento de esos cursos donde el mostraba un toque ritual seguramente del candomble y pidio alguien que lo acompañara desde los graves. Fui inmensamente feliz y lo sigo siendo ahora de haber vivido entonces un instante de armonía musical muy bello, para mi el mundo se habia transformado en ese ritmo, tan sagrado en sus origenes religiosos como en esa reproducción breve para uno de sus talleres. Guardo ahora, en este homenaje agardecido a su musicalidad y a su alma generosa, la imagen del Ramiro brillando sobre el escenario, con su toque preciso y su pericia tecnológica eternamente buscando que la música pudiese reflejar contenidos vitales y culturales bien densos de sentido. Esto tanto con sus sampleos, el uso de grabaciones de discos que el recuperaba como arqueólogo y las imágenes que proyectaba para crear un todo audiovisual que hasta él nadie habia sabido compilar de esa manera para regalar en vivo una especie de aleph de la cultura afroamericana. abrazo con estas palabras a todos los que disfruten hoy de su música y a vos Ramiro, en tu hogar de hoy, donde te sueño siendo música.

Juan Trasmonte disse...

Muito obrigado a todos pelas mensagens, carinho, e-mails, ligações e homenagens desses dias. O Ramiro realmente merece. Onde quer que ele esteja, com certeza estará colhendo esse carinho que é apenas uma parte do legado que ele deixa.

Bazar Baú de Presentes disse...

Olá, adorei conhecer seu blog, o meu é de Cultura e Arte no Recôncavo baiano, em São Félix e Cachoeira.
Venha conhecer o meu Blog e fique amigo.
Leto

Daniela Figueiredo disse...

Linda foto, linda divagação de Guillermo, lindo texto. O mar tem dessas, "limpa" a alma só de observarmos: livres de culpa. O mar liberta. Não conheci Ramiro, mas me pareceu ser buena gente.
Beijos, Juan.

Unknown disse...

Juan, tenho sentido sua falta nos blogs. Fico a imaginar o quanto a morte de Ramiro te tocou. Ao saber do internamento de Mercedes Sosa comecei a pensar em você. E chegou a notícia. E eu não te vi, não te vejo. Receba meu abraço amigo e solidário. Beijos de Maria

gisele disse...

Juan, estamos com saudades dos teus textos. Beijo
Gisele

Adriana Deffenti disse...

Querido...eu te mandando e-mails chatos sem perceber tua dor...Não tinha idéia do tamanho da amizade de vocês, sinto muito mesmo!
beijos,
Adri

Livro de Autor disse...

Eu retornando aos poucos, Juan, e dou logo com esta emocionante homenagem tua ao amigo. Maravilhoso texto.
Um grande abraço.

Daniela Figueiredo disse...

Saudades dos teus textos... Beijos.

Allison French ! disse...

adorei o blog !

Rui Coutinho disse...

Caro Juan,
Faço votos para que 2010 lhe traga o gosto de retomar o blog.
Cordiais saudações